El poder de la mente abierta
Las experiencias de vida de todos son diferentes, y cada persona tiene sus propios valores y sistemas de creencias. Lo que usted piensa que es correcto, puede que otros no lo consideren bueno, y lo que usted cree que es malo, puede que a otros no les importe.
A menudo evaluamos a los demás diciendo cosas como "La personalidad de esta persona es así" o "Así es como son".
Al evaluarnos, podemos decir cosas como "Solo soy así por mi entorno" o "Esa persona que grita es grosera, pero cuando grito es porque me falta el respeto".
Tendemos a juzgar a las personas según nuestros propios estándares y experiencias cognitivas, a veces incluso etiquetándolas con varias "etiquetas". Por qué es esto?
Es porque tenemos una comprensión limitada de la persona en ese contexto particular. No sabemos cómo son en otras situaciones.
Tenemos una comprensión completa e integral de nosotros mismos en diferentes situaciones. Sabemos cómo somos en casa, en el trabajo y con los amigos. Pero con otros, no tenemos tanta comprensión o conocimiento sobre cómo son en diferentes contextos.
No debemos evaluar fácilmente a los demás, ya que es un aspecto fundamental de las relaciones interpersonales.
Nunca puedes conocer verdaderamente a alguien a menos que te pongas en sus zapatos y veas las cosas desde su perspectiva.
Pero incluso cuando caminas en los zapatos de otra persona, es posible que descubras que no es fácil. A veces lo que ves no es toda la verdad, sino solo la punta del iceberg.
En la vida, es común sentir que cuando te gusta alguien, solo ves sus buenas cualidades, y cuando no te gusta alguien, sus buenas cualidades se convierten en defectos.
Si podemos permanecer abiertos y curiosos, dejar de lado nuestros prejuicios y tomarnos el tiempo para conocer y comprender a alguien, podemos ampliar nuestra comprensión de quiénes son.